¡Súmate al vuelo de la conservación!
Envenenamiento por cebos, choques con tendidos eléctricos, destrucción de su hábitat, son sólo algunas de las causas por las que llegan los cóndores al Centro de Rescate y Rehabilitación de Aves Rapaces (CRAR). Ese es el caso de los cuatro cóndores que viajaron desde Talagante al Parque Nacional Patagonia para insertarse en su medio natural, tras una dura rehabilitación.
El cóndor macho joven de 3 años, fue encontrado en la zona del Cajón del Maipo con una intoxicación severa por cebos. Bagual, por su parte, es un macho de dos años que llegó desde Villa O´Higgins en la región de Aysén, siendo sólo un polluelo. Los otros dos, Cuyén y Eclipse, una hembra y un macho, nacieron en el centro de reproducción del CRAR, de padres que llegaron al centro de rehabilitación. Hoy están listos para vivir libremente, en la Patagonia chilena.
Gracias al trabajo colaborativo de diferentes personas y organizaciones, los cuatro ejemplares están en el Parque Nacional Patagonia donde pasarán dos meses de aclimatación, antes de ser finalmente liberados a mediados de febrero. Transmisores satelitales permitirán monitorear su desplazamiento, patrones de conducta y sobrevivencia, generando información clave para la protección de esta especie emblemática de Chile.
El Parque Nacional Patagonia es un excelente sitio para liberar cóndores, dado que hay diferentes grupos de esta especie que ocupan el parque como corredor, como ruta constante de vuelo. Esto hace que la posibilidad de integración de los nuevos cóndores sea más alta.
El cóndor andino (Vultur gryphus) es una de las aves voladoras más grandes del planeta y cumple un rol ecológico clave. Al ser carroñera, acelera el proceso de retorno de nutrientes al ecosistema, propiciando un hábitat saludable tanto para los humanos como para otras especies.
Esta ave emblemática de Chile y las culturas andinas se encuentra hoy gravemente amenazada por acciones humanas. ¡Es tarea de todos tomar acciones concretas para su conservación!
Esta iniciativa es parte de un trabajo colaborativo entre la Fundación Rewilding Chile, Proyecto Manku, Filantropía Cortés Solari, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), Zoológico Parquemet y CONAF.