Proteger las turberas es proteger al planeta
Ingrid Espinoza León, Directora de Conservación de la Fundación Rewilding Chile.
Publicada en el diario El Pingüino - www.elpinguino.com
Desde el 2018 que se intenta definir un marco legal que proteja las turberas, ecosistemas fundamentales para nuestro futuro. En el actual contexto de crisis climática no hay tiempo que perder, por lo que es imperativo avanzar en la tramitación de la Ley de Protección de Turberas y del musgo Sphagnum o Pompón, por múltiples factores.
Ellas son un tipo de humedal clave en la conservación de la biodiversidad, debido a que son refugio de múltiples especies como anfibios y aves, además de diversos tipos de líquenes, briófitas y plantas vasculares. Intervienen además en el ciclo hidrológico, debido a su gran capacidad de retener agua: estos ecosistemas son recargados por precipitaciones, y el agua que es captada se libera gradualmente hacia las cuencas, jugando un rol fundamental en el abastecimiento. También influyen directamente en la calidad de este vital elemento, ya que operan como filtro natural hacia las napas subterráneas.
Las turberas están distribuidas principalmente en latitudes altas en ambos hemisferios. Cubren más de 4 millones de km2 en todo el mundo, estando solo un 5% de ellos en el Sur, casi todos en la Patagonia de Chile y Argentina. En nuestro país se extienden mayoritariamente en la región de Aysén y Magallanes, destacando la zona de Tierra del Fuego, lugar que se vio afectado por los incendios forestales el verano pasado. Las turberas dentro de la Ruta de los Parques representa un 18% del total de la superficie de los 17 parques nacionales que la componen, siendo los parques nacionales Bernardo O’Higgins, Kawésqar y Alberto de Agostini los que presentan mayor superficie de este ecosistema, y el Parque Nacional Cabo de Hornos, el que contiene mayor superficie de turberas respecto a su superficie total. Aun así, la mayor parte de estos humedales a nivel nacional se encuentran totalmente desprotegidos y son explotados indistintamente.
En este último tiempo se ha recalcado la importancia de las turberas en el almacenamiento de carbono, gracias a la acumulación de las capas de turba, y en la fijación de CO2. Ellas son realmente excepcionales ya que son los depósitos que contienen más carbono en menos espacio en las zonas terrestres, según estudios de Ramsar y la convención mundial sobre humedales. El respaldo científico es claro y rotundo. En tiempos de crisis hídrica y climática, es necesario darles la importancia necesaria a estos ecosistemas claves y solo protegiéndolos podemos asegurar el bienestar del planeta y de todos sus habitantes.