Ruta de los Parques de la Patagonia como refugio climático

Un reciente estudio realizado por el Programa Austral Patagonia de la Universidad Austral identifica a lo largo de la Patagonia chilena una serie de áreas con potencial para ser refugios climáticos, tanto terrestres como marinos, lugares únicos que permiten aminorar los efectos del cambio climático y entregar condiciones para que especies, comunidades y ecosistemas perduren en el tiempo. El estudio, además, superpone las zonas identificadas como refugios climáticos con las Áreas Silvestres Protegidas del Estado, para evaluar si están o no bajo alguna figura de protección oficial y, según eso, definir los próximos pasos para asegurar su resguardo.

El informe identifica estos potenciales refugios y además los superpone con las áreas silvestres protegidas dentro de la Ruta de los Parques de la Patagonia, revelando información clave que puede ayudar en la definición de nuevas áreas de conservación, confirmando una vez más la importancia de conservar este tercio de Chile, así como ayudar a priorizar esfuerzos de conservación dentro de las áreas protegidas existentes. Según el reporte de la Universidad Austral, en la región de Los Lagos las unidades del Sistema Nacional de Áreas Protegidas que tienen mayor potencial como refugio climático son el Parque Nacional Hornopirén, la Reserva Nacional Futaleufú y Reserva Nacional Lago Palena.

Los ecosistemas saludables, con sus complejidades de especies, relaciones y procesos son la única oportunidad que tenemos para enfrentar la crisis climática y de extinción de especies.

En el contexto de cambio climático que estamos viviendo, con los incendios desatados que afectan a nuestro país, es de suma urgencia que actuemos para conservar estos refugios climáticos. Los ecosistemas saludables, con sus complejidades de especies, relaciones y procesos son la única oportunidad que tenemos para enfrentar la crisis climática y de extinción de especies.

Si bien el alto valor ecológico de la Ruta de los Parques está bajo cierto grado de protección, queda mucho trabajo por hacer. Debemos avanzar hacia políticas de Estado que fomenten mayor inversión para que dicha conservación sea efectiva, y con nuevas definiciones de áreas prioritarias en donde los refugios climáticos sean los que las guíen. El trabajo que hagamos en ese sentido será crucial, impactando no sólo la capacidad de Chile para enfrentar la crisis climática, sino que actuando también a nivel planetario.