Seamos turistas responsables

Nos encontramos en plena temporada alta, fecha en que muchos chilenos deciden recorrer los diferentes Parques Nacionales de la Ruta de los Parques de la Patagonia para sus vacaciones. Para que la industria turística funcione de manera sostenible, además del compromiso del gobierno, municipios, empresas turísticas y todos los actores involucrados en la cadena de valor, los turistas juegan un rol fundamental.

Los parques nacionales son instituciones democráticas y transformadoras, abiertas a todos por igual y espacios de equidad. Nos conectan con lo salvaje y lo bello, impulsándonos a reflexionar sobre la armonía entre naturaleza y sociedad. Por lo mismo, es nuestro deber cuidar estos espacios y evitar hechos tan lamentables como el tallado que hace unos meses hicieron unos visitantes a un alerce milenario en el Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins.

¿De qué manera podemos minimizar los impactos negativos al momento de visitar nuestros Parques Nacionales? Existen muchas formas: llevándonos siempre nuestra basura, evitando el uso de productos desechables, protegiendo a la fauna silvestre al no alimentarla ni perturbarla. Recordar que no se debe ingresar mascotas y siempre caminar por los senderos habilitados y demarcados. Además, jamás debemos intervenir ni llevarnos elementos del paisaje natural, ya que todo lo que observamos cumple una función en el ecosistema.

Otra responsabilidad que tenemos como turistas, es el compromiso de generar un impacto positivo en las comunidades aledañas a los parques nacionales. Una forma de lograrlo es apoyando a las economías locales y respetando las costumbres y tradiciones de cada territorio. La Ruta de los Parques de la Patagonia, que cruza 17 Parques Nacionales de Puerto Montt a Cabo de Hornos, es el paisaje de conservación que enmarca los esfuerzos para impulsar a las comunidades a desarrollar una relación ética con la tierra, y ser la primera línea de defensa de un territorio de alto valor ecológico y cultural. Ecosistemas ricos en biodiversidad y una sociedad consciente de su valor, es sinónimo de comunidades vibrantes con un fuerte sentido de pertenencia. Como turistas, nosotros también podemos contribuir a ese vínculo virtuoso fundamental para el desarrollo de una industria turística sostenible.