Una cultura de protección para nuestros parques nacionales

Hace unos días, nos enteramos de una lamentable noticia. Uno de los alerces milenarios del Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins, fue dañado por unos visitantes a través de un tallado en su corteza.

Esta situación nos recuerda otros episodios que han dejado en evidencia la falta de criterio de algunos turistas con el patrimonio de todos los chilenos. Por ejemplo, el dibujo hecho el año pasado por una visitante en las cercanías de la base de las Torres del Paine, en la Región de Magallanes, o el daño que sufrió un moai en Isla de Pascua, luego que una turista se posara sobre él en el año 2018.

Frente a esta situación, es indispensable recalcar la importancia de una cultura de protección y respeto hacia nuestro patrimonio natural y cultural, incluidos nuestros parques nacionales y todas las comunidades de vida que ellos albergan. Y cuando hablamos de potenciar una cultura, es importante entender que se trata de un trabajo de conciencia ciudadana a múltiple escala: sistemas educativos, sociedad civil, sector privado, estado y comunidad comprometidos con la salvaguardia y conservación de esta y muchas otras formas de patrimonio, incluidas el alerce, declarado Monumento Nacional en el año 1976.

Éste, es una especie endémica de los bosques templados lluviosos australes, existiendo ejemplares de sobre 3.000 años. El árbol más longevo del hemisferio sur, cuyo crecimiento es extremadamente lento, ha sido sumamente sobreexplotado lo que lo ha llevado a estar en peligro de extinción.

Los parques nacionales, varios de los cuales protegen a esta especie, son instituciones democráticas y transformadoras, abiertas a todos por igual y espacios de equidad. Nos conectan con lo salvaje y lo bello, impulsándonos a reflexionar sobre la armonía entre naturaleza y sociedad. Son la estrategia de conservación más antigua y duradera, representan la máxima categoría de protección y la garantía más sólida de resguardo de un ecosistema a largo plazo. Actúan como refugios para la biodiversidad, mitigan el calentamiento global y resguardan nuestro patrimonio cultural y natural, además de ser espacios de recreación, investigación científica y generar beneficios económicos para las comunidades locales.

Sabemos que la conservación tiene más éxito cuando las personas se comprometen y las comunidades se empoderan, por lo que el llamado es a cuidar nuestra naturaleza y a respetar a todas las especies que habitan en estos ecosistemas únicos. Proteger los parques nacionales, y las especies que albergan, es una tarea que nos corresponde a todos y, hoy más que nunca, no puede esperar.

Antes y después del tallado en el alerce milenario, Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins.

Sendero de Alerces, Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins | Foto: Linde Waidhofer

Sendero de Alerces, Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins | Foto: Linde Waidhofer

Sendero de Alerces, Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins | Foto: Linde Waidhofer

Sendero de Alerces, Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins | Foto: Linde Waidhofer

Sendero de Alerces, Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins | Foto: Linde Waidhofer

Detalle y tamaño del tallado en el alerce milenario, Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins.