Vecinos de Chaitén interponen recurso de protección por uso de pesticida en mantención de Carretera Austral

La denuncia se realizó luego que el pasado 25 de febrero vecinos de El Amarillo detectaron que una cuadrilla de la empresa a cargo de la mantención de la ruta, San Felipe S.A. Contratista de la Dirección de Vialidad del Ministerio de Obras Públicos (MOP), estaba aplicando este pesticida de uso no autorizado en el tramo Chaitén – sector del puente Río Negro.

Ingrid Espinoza, directora de conservación de Tompkins Conservation Chile– fundación patrocinante en la causa- y habitante de El Amarillo, destacó: “Parece contradictorio que una contratista del MOP aplique químicos en un territorio caracterizado por la pristinidad de su naturaleza, que es reconocido institucionalmente como un territorio que alberga Parques Nacionales, es hábitat de una diversidad de vida y un pulmón verde. Esto es una amenaza tanto para los ecosistemas, como también para los habitantes del territorio, por lo que con este recurso buscamos impedir que sigan usando este producto en el futuro”.

Esta situación, sin embargo, no es nueva, ya que en 2019 también había sido presentada una denuncia por el uso de este plaguicida ante la Dirección de Vialidad y Gobernación Provincial de Palena. Instancia donde la entidad respondió, a través de una carta oficial, que el contrato de mantención de la ruta no involucra la aplicación de herbicidas para manejar la vegetación. Además, de acuerdo al manual de carretera, de aplicarse productos químicos, la empresa debe tener la autorización del inspector fiscal previo a la aplicación.

Los plaguicidas son sustancias químicas tóxicas, creadas para interferir algún sistema biológico, pero carecen de selectividad real, afectando simultáneamente especies y otras categorías de seres vivos, como el ser humano. El glifosato inevitablemente se dispersa por el ambiente y entra en contacto con otros organismos que no son su objetivo de aplicación, como el aire, suelo, agua superficial y subterránea, y es arrastrado a otras zonas atmosféricas, ríos, mares, exponiendo directa e indirectamente a los organismos que habitan en esos ecosistemas. Sus residuos pueden traspasarse a los alimentos, e impactar de forma negativa en la salud de las personas.

En 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó el glifosato como probable carcinógeno para humanos, países como Austria y Costa Rica lo prohíben totalmente, mientras que Francia, Holanda, Escocia e Italia han prohibido su uso en lugares públicos, y España y Argentina lo han prohibido en algunas jurisdicciones.